El pasado miércoles el Consejo de Monumentos Nacionales aprobó la solicitud
de declaratoria de Zona Típica para la Avenida Urmeneta de Limache,
deliberación que reconoce el estrecho vínculo que existe entre el paisaje
natural que otorga la arboleda de la Avenida con la amplitud de sus veredas,
sus acequias y viviendas que confluyen como parte armónica de su diseño,
integrando además al Parque Brasil dentro del polígono de protección. Sin duda
que la decisión del CMN llenó de satisfacción no solo a quienes asistieron para
exponer en defensa de esta propuesta de declaratoria, sino también a cientos de
Limachinos y Limachinas que han visto por años como el avance desregulado de
las inmobiliarias ha ido apropiándose de los espacios urbanos y naturales de
nuestra comuna. Por esta razón es que es tan importante atenuar los adjetivos,
lugares comunes y estereotipos que tanto en radio, como en el Concejo Municipal
se han escuchado para deslegitimar este proceso.
Algunos actores sociales y políticos han planteado que esta decisión es
fruto de una “cocina de la izquierda”, comparándola incluso con la aprobación
de la termoeléctrica Los rulos por parte de aquél consejo evaluador presidido
por el ex intendente regional Gabriel Aldoney (omitiendo en ese ejemplo, por
muy fuera de lugar que resulte, que la ratificación de la RCA de los rulos fue
en los últimos días del Gobierno de Sebastián Piñera), otros en tanto
manifiestan que la iniciativa proviene de un sector que tiene una mirada
“ideológica” respecto al patrimonio y al diseño de la ciudad, que quienes la
lideraron son parte de una élite, un grupo de aparecidos foráneos sin mayor
historia en nuestra comuna, que el hecho de que los dueños de propiedades en la
Avenida no hayan tenido mayor información instala un vicio
insoslayable que amerita por si solo reiniciar el proceso, que el Plan
regulador comunal aún en evaluación es un instrumento de protección auto
suficiente que puede prescindir de cualquier otra declaratoria por parte del
Estado.
Todas y cada una de estas expresiones carecen de la rigurosidad que se
espera de quienes representan alguna actoría social o política, se sostienen en
especulaciones, opiniones personales que dicho sea de paso, parecen obedecer
más a criterios políticos que a expresiones fundadas en evidencia.
El que existan ciudadanos y ciudadanas con consciencia organizacional y de
valoración por la historia y el patrimonio local, ¿los hace acaso parte de una
élite ilegítima incapaz de representar el interés de la comunidad?
¿Es acaso la preocupación por la preservación del patrimonio, la historia
local y el medio ambiente, un relato que deba asociarse exclusivamente a la
izquierda?, de ser así es un lamentable descriptor de un sector de la derecha
que emite estas ligeras declaraciones mirando desde una supuesta vereda
política alterna aquellas iniciativas que buscan la protección del Estado para
nuestros espacios comunes, desconociendo además la contradicción de esta
aseveración, ya que la propuesta de declaratoria fue ingresada y aceptada a
tramitación durante el Gobierno de Sebastián Piñera (no precisamente un gobierno de izquierda), siendo su subsecretario de
Patrimonio Emilio de la Cerda el primero en dar respaldo público a la Zona
Típica para la Avenida Urmeneta.
La supuesta ausencia de consulta a los propietarios y la falta de
información que plantean haber requerido sin respuesta, ¿es motivo para
plantear que el proceso llevado a cabo por el CMN adolece de ilegalidad?,
podemos coincidir en que los procedimientos de socialización pueden ser
mejorados en términos de cobertura y temporalidad, no obstante, no se puede
aseverar que no existieron instancias de consulta y entrega de información
porque eso sería faltar a la verdad.
En el entusiasmo de los énfasis por desestimar la propuesta, se planteó con vehemente insistencia que “esto no puede volver a ocurrir en Limache”, sin
entender que los procedimientos administrativos por parte del CMN no hicieron
excepción con nuestra comuna, ni descuidaron de manera mañosa e intencionada
sus protocolos, de norte a sur en nuestro país la opinión de los vecinos y vecinas, así como la
de las autoridades locales no es vinculante para el proceso de evaluación sobre las categorías de protección a las que se postula, porque una Zona Típica es
concebida como una "agrupación de bienes inmuebles urbanos o rurales que
conforman un asentamiento que expresa la identidad o la evolución histórica de
una comunidad con valores que describen su carácter ambiental", de esta
forma y a partir de esta conceptualización es que la ZT es reconocida por el Estado
como reflejo del patrimonio nacional, por lo tanto (y sin intención de que se
me interprete de peyorativo) la opinión de los propietarios, así como la de
quienes hacen uso de los espacios públicos de la avenida, la de los visitantes
que vienen de otras comunas, la del Alcalde y su Concejo Municipal tienen la
misma relevancia, siendo en definitiva la opinión de los expertos que conforman
el CMN, en virtud de los criterios establecidos para el reconocimiento de una
Zona típica, la que finalmente determina si se acepta la solicitud de
declaratoria.
Asumir que quienes tienen alguna propiedad en la Avenida tendrán que
someterse desde ahora a un camisón burocrático que limita sus libertades es
también un énfasis inadecuado que busca instalar una opinión de desconfianza
con la Zona Típica. Si bien hasta ahora cualquier propietario que pretenda
realizar una modificación en la estructura de su vivienda debe pasar por la
autorización de la Dirección de Obras Municipales, esta vez bajo el rango de
protección de Zona Típica deberá hacerlo antes con la revisión previa del CMN,
esto por la simple razón de que un área protegida por el Estado requiere de un
reglamento y una entidad que pueda oficiar como fiscalizadora de su
cumplimiento, de lo contrario, ¿De qué serviría un instrumento de protección
que puede ser vulnerado por cualquier empresa inmobiliaria, más aún cuando en
efecto hasta la fecha Limache sigue vinculado a un Plan regulador comunal
desactualizado que no establece densidades habitacionales ni máximos de altura?
Desde el relato y los énfasis comunicacionales de quienes dicen que solo
buscan velar por el derecho de los vecinos del sector a ser informados de
manera oportuna, se insiste en asumirlos como “los afectados por la zona
típica”, en un claro desbalance entre la insistencia por cualquier aspecto que
pueda instalar una opinión crítica respecto a la declaratoria y las oportunidades que podrían abrirse
para la economía local, el turismo, el rescate de la cultura, la historia y el
refuerzo de los rasgos identitarios de Limache, siempre que se cuente con una
comunidad bien articulada en relación a estos propósitos y un Municipio que
lejos de sentarse en la vereda de la negación, se comprometa a generar
estrategias colaborativas para la promoción de la Zona Típica, un plan de gestión
en turismo, y una estructura administrativa para la protección y la proyección del Patrimonio y la Cultura, hasta ahora, lamentablemente inexistentes en la Municipalidad de Limache.
Joel González Vega
Concejal de la comuna de Limache
Presidente de la Comisión de Patrimonio, Cultura y Turismo