viernes, 31 de octubre de 2014

La Extinción de los Niños

Hace unos días tuve la idea de escribir una canción sobre la extinción de los niños, así como lo lees...en los últimos años los niños han abandonado los parques de juego, las plazas públicas, las canchas de tierra, las calles de los barrios. Han dejado atrás las pequeñas cofradías de leales caballeros, los clubes de Lulú y Toby, los códigos de lealtad que solo el grupo de amigos podía generar, los gestos de solidaridad donde el ego solo se manifestaba a través de quien era el dueño de la pelota o las muñecas, pero sin implicar por ello el egoísmo a la hora de reunirse a jugar. Los niños han dejado sus risas, sus cantos, la escondida, el caballito de bronce, el luche, el elástico, la pinta y la pichanga para recluirse en lo más profundo de sus habitaciones, bajo la complaciente mirada de sus padres que se congracian de mantener absoluto control de los límites por donde sus hijos se desenvuelven. Fue tan fácil mantenerlos quietos, silenciados y lo que es mejor "entretenidos". Bastó con llenar de pantallas su emergente vida y evitar que descubrieran el mundo por sus propios medios, que tocaran la tierra, que ensuciaran sus pies, que regresaran a casa con la ropa olor a pasto. Hoy para ellos, nuestros niños, los adultos del futuro, la vida comienza a ser un cúmulo de destellos electrónicos que palpitan mil veces por segundo frente a sus frágiles pupilas, ganar vidas o morir en el intento presionando con sus dedos y enviando mensajes reducidos donde las palabras ya no importan mientras puedan decir muchas cosas o acciones en el mínimo de caracteres. Hoy estos padres que aparentan tener el control y que ofrecen a sus hijos una ventana al mundo sobre tecnologizado de ripley o falabella, han decidido demostrar que son capaces de invertir la situación, resucitando a esta especie en extinción acompañándoles a caminar por las calles de mi ciudad, disfrazados de aterradores ángeles que predican una máxima donde la amenaza es la principal estrategia..."dulce o travesura"... como si el placebo para satisfacer tanto vacío de naturaleza, de juegos, de sorpresas, de vida en comunidad fuera obtenido a partir del control sobre el otro hasta lograr el objetivo... un caramelo producido en masa con etiquetas fantasmagóricas y mucho colorante. 
Los padres regocijados de ver a esta especie que resucita cada vez que hay algo a cambio que se les ofrezca, han olvidado que la vida es mucho más que recibir y  valorar el mundo y a las personas en cuanto sean funcionales a los caprichos inmediatos, niños que comienzan a crecer en el hedonismo, el individualismo y la soledad...donde enviar un Whats App a un amigo adquiere más valor que poder ir a visitarlo y donde se quiere a los padres en la medida que demuestren que su amor es tan grande como para endeudarse por un celular de última generación o un tablet. Lamentablemente esta noche seguiré escuchando sus gritos demandando mi presencia cargada de dulces, mientras yo en cambio, seguiré resistiendo a que la maquinaria del capitalismo voraz y sus influjos culturales controle mi existencia y la de quienes me rodean.